martes, 14 de febrero de 2023

EL DEPORTE INCLUSIVO

En este post vamos a tratar el tema del Deporte inclusivo que es aquel que, independientemente de las habilidades o condiciones de los deportistas, se utiliza para promover la integración social de las personas con discapacidad.

Para abordar este asunto y entender lo que supone debemos diferenciar entre “deporte adaptado” y “deporte inclusivo”, mientras que el deporte adaptado busca que las distintas disciplinas deportivas se adecúen a las necesidades de las personas con discapacidad; el deporte inclusivo busca que estas personas puedan participar de manera activa y libre en la práctica del deporte junto a personas sin discapacidad.

En torno a este tema, en los últimos años se han llevado a cabo políticas de inclusión, tanto en los tres niveles públicos (es decir: local, autonómico y estatal); como a nivel privado. A nivel legislativo, destaca el artículo 30 de la de la Convención de la Organización de Naciones Unidas sobre los derechos de las personas con discapacidad (Naciones Unidas, 2006). Este artículo establece en su apartado quinto que “A fin de que las personas con discapacidad puedan participar en igualdad de condiciones con las demás en actividades recreativas, de esparcimiento y deportivas, los Estados Partes adoptarán las medidas pertinentes para:

a) Alentar y promover la participación, en la mayor medida posible, de las personas con discapacidad en las actividades deportivas generales a todos los niveles;

b) Asegurar que las personas con discapacidad tengan la oportunidad de organizar y desarrollar actividades deportivas y recreativas específicas para dichas personas y de participar en dichas actividades y, a ese fin, alentar a que se les ofrezca, en igualdad de condiciones con las demás, instrucción, formación y recursos adecuados;

c) Asegurar que las personas con discapacidad tengan acceso a instalaciones deportivas, recreativas y turísticas;

d) Asegurar que los niños y las niñas con discapacidad tengan igual acceso con los demás niños y niñas a la participación en actividades lúdicas, recreativas, de esparcimiento y deportivas, incluidas las que se realicen dentro del sistema escolar;

e) Asegurar que las personas con discapacidad tengan acceso a los servicios de quienes participan en la organización de actividades recreativas, turísticas, de esparcimiento y deportivas”.

No obstante, pese a los esfuerzos de las mencionadas instituciones públicas y privadas, estas políticas no se han terminado de materializar en una inclusión total de las personas con discapacidad debido al desconocimiento acerca de la discapacidad, a la falta de recursos económicos y humanos; y a la escasa formación de los profesionales y demás personas implicadas.

El hecho de que las personas con discapacidad tengan acceso a la práctica de deportes no favorece únicamente el desarrollo de sus capacidades físicas y motrices, si no que a nivel psicológico también tiene aspectos positivos como una mejora de la autoestima y del autoconocimiento, así como a la mejora de sus habilidades sociales.

Como ejemplo de buena práctica en el deporte inclusivo podemos destacar el programa educativo “Deporte inclusivo en la Escuela (DIE)” que tiene por objeto “fomentar la práctica deportiva inclusiva en la población escolar, dar a conocer a los usuarios la gran variedad de deportes adaptados y paralímpicos y concienciar a los participantes sobre la realidad de las personas con discapacidad” (https://www.deporteinclusivoescuela.com/quienes-somos), que está dirigido especialmente al alumnado de Primaria, Secundaria y Bachillerato y al profesorado de Educación Física, así como a técnicos deportivos y sus deportistas en la iniciación de las distintas modalidades deportivas. Estas acciones comprenden la jornada paralímpica, el préstamo de material adaptado, recursos didácticos y, por último, el evento final del programa “Juegos Inclusivos Escolares”, donde los centros más participativos asisten a una jornada conjunta donde los alumnos ponen en práctica lo desarrollado en los colegios e institutos.

Algunos de los beneficios que podemos encontrar en este programa son, como ya apuntábamos, el aumento del bienestar físico, social y emocional de los participantes, mejora del concepto de las personas sin discapacidad sobre las personas con discapacidad debida a la interacción y comunicación de estas personas, sentimiento de inclusión y pertenencia al grupo de los chicos y las chicas con discapacidad, aumento de la autoestima de estos últimos; así como enseñar valores al alumnado desarrollando su personalidad y sometiendo a los mismos a las reglas del equipo o grupo.

Lo positivo es que este tipo de acciones son más eficaces que las actuaciones puntuales y permiten la relación directa de personas con y sin discapacidad. Sin embargo, no hay que perder de vista la posible competitividad inherente a las personas sin discapacidad debida a la posible falta de experiencia previa de estos con personas con discapacidad, por lo que es necesario poner en contexto este tipo de actuaciones.

Sabemos hacia dónde queremos avanzar, sin embargo, aún queda mucho por hacer. Se ha demostrado que las acciones individuales no fomentan la inclusión de las personas con discapacidad, sino que se requiere de acciones conjuntas que favorezcan la relación entre los distintos agentes implicados, bien sean las familias, o los profesores, o los directivos de los clubes y asociaciones deportivas. Aún siguen siendo necesarios cambios en la legislación vigente y es necesaria la promoción y el fomento de la práctica de deporte inclusiva.

Como conclusión, materializar la inclusión de las personas con discapacidad es un proceso que requiere tiempo y un análisis del contexto, que necesita del apoyo de las instituciones y de la coordinación de los distintos agentes sin perder de vista que el deporte inclusivo se constituya como eje principal, pues se nos presenta la dificultad de que, por un lado, cada deporte es diferente y el posible nivel de inclusión del mismo varía en función de sus características; y, por el otro, que no todas las personas cuentan con las mismas capacidades psicológicas, físicas y sociales.

 

Gabriel Escamilla Hidalgo

  

Fuente: Deporte inclusivo: aplicaciones prácticas (Carmen Ocete Calvo)

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